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Un detalle de exotismo

Dos titulares salidos ayer por la tarde de las entrañas de una misma agencia de noticias, sobre el terremoto que azotó el noroeste de Japón.

"Al menos diez muertos y desaparecidos, y 500 heridos por seísmos"

"Los terremotos animan el arranque del Festival de Cine de Tokio"

Mientras la agencia española recibía y difundía a lo largo de la tarde informaciones sobre la tragedia procedentes de la agencia japonesa Kyodo y de medios de comunicación nipones, un corresponsal español desplazado a Tokio encontraba en el seísmo el único detalle de "exotismo" y "emociones fuertes" digno de titular una crónica sobre un festival de cine "carente de glamour y con la mirada fija en Asia".

¿Pero dónde había fijado su mirada este personaje mientras se hundía parte del país en el que estaba, mientras las radios y televisiones locales emitían la noticia a los cuatro vientos? Estaba en "uno de los salones del hotel Hyatt del ultramoderno complejo urbanístico de Roppongi Hills", escuchando las divertidas "peripecias cinematográficas" del primer ministro japonés, Junichiro Koizumi, durante la inauguración del festival.

"En un momento de su discurso las paredes y el suelo de la sala comenzaron a temblar, y los focos colgados del techo a balancearse. Sin embargo el primer ministro ni se inmutó, ni las más de 200 personas que abarrotaban el lujoso salón", explicó el cronista. Según su propio relato, cuatro horas antes el edificio había experimentado sacudidas aún más potentes, que fueron recibidas con idéntica indiferencia. Se trataba, probablemente, de réplicas de los seísmos ocurridos hacia las 18.00 (hora de Japón).

Tranquilidad absoluta

Según la agencia Kyodo, los temblores sepultaron vivos a tres niños bajo los escombros de su casa en Nagaoka, y atraparon a un cuarto muchacho en su vivienda de Kawaguchi. En Nagaoka fue necesario evacuar a 12.000 personas, mientras que en Tokamachi el hospital local tuvo que atender a decenas de heridos en el aparcamiento subterráneo, ante el temor a que el edificio se derrumbase. El balance de heridos ascendía ayer a 500 personas.

Es posible que, viendo la tranquilidad con que todo el público en el "lujoso salón" se tomaba aquellos temblores (empezando por el propio primer ministro), el redactor, sin nada de "glamour" hollywoodiense que llevarse a las teclas, tampoco considerase necesario comprobar a través de la televisión, las emisoras de radio o internet si el seísmo había tenido repercusiones más allá de facilitarle un detalle pintoresco para su relato. Lo raro es que, al llegar la crónica a la sede de la agencia en Madrid, ésta la transmitiera a las terminales de sus abonados en todo el mundo sin que, aparentemente, nadie considerase la posibilidad de que los dos titulares antes citados aludieran a una misma realidad.

2 comentarios

Azukys -

Aqui se demuestra lo subjetivo que puede llegar a ser el periodismo. Dos personas, hablando de un mismo lugar y un mismo dia, pueden sacar cosas totalmente diferentes.

johny5 -

yuju, viva y hasta bravo. Nivelazo periodístico, pardiez. Ya se puede caer el cielo alrededor de ese periolisto que mientras el tenga su nota glamurosa... en fin.